jueves, 11 de abril de 2013

CREATIVIDAD VS. TECNOLOGÍA


Como docente de arte y diseñadora gráfica, una de las primeras cuestiones que trato de transmitir a mis alumnos, y utilizar al máximo en mis  trabajos es en referencia a la creatividad. Requisito indispensable desde mi punto de vista para el desarrollo de las potencialidades individuales y grupales.
De hecho para que una persona realice una obra o diseño, una de las primeras estrategias es inducirlos mediante variados métodos de motivación, a  poner de manifiesto su creatividad.
Para quienes tenemos varios años de trayectoria en el ámbito educativo, nos hemos iniciado en la reconocida tarea de enseñar, sin muchas de las herramientas tecnológicas que hoy existen en el mercado y no por ello somos menos creativos.
Prueba de ellos son las grandes obras de arte inigualables a través del tiempo por su estética y originalidad, o las añejas marcas o publicidades que se mantienen vigentes e innovadoras sin recurrir a cambios trascendentales para persistir en sociedad y cultura del consumo cada vez más exigentes, como por ejemplo: Coca Cola.
Hoy las nuevas tecnologías están entre nosotros como un recurso cotidiano que ninguna persona debe dejar, no solo de conocer, sino de utilizar si no se quiere quedar fuera del sistema.
En el área de Arte, Diseño y Comunicación, las nuevas tecnologías facilitan y optimizan la calidad y el tiempo de realización de nuestros trabajos.  La cuestión es que muchas personas creen que cuanto más  herramientas tecnológicas se utilicen -software y hardware-, tienen asegurado  el mayor de los éxitos a través de un resultado deslumbrante y de un “toque “innovador en sus trabajos.
De ninguna manera esto es así.  Por lo general se cree que sabiendo utilizar a placer las nuevas tecnologías se resolverán los problemas de creatividad, pero justamente es lo que la nuevas tecnologías no tienen la capacidad de hacer.



Como docentes es nuestra responsabilidad y función guiar y ayudar en los procesos creativos al momento de desarrollar una pieza artística o de diseño. Pero esta parte del desarrollo suele verse truncada ante el facilismo que permiten algunos medios tecnológicos que engañosamente  brindan una solución rápida y eficaz a los requerimientos solicitados. De este modo las pautas y pasos necesarios en el proceso de producción se eliminan ante la inmediatez que ofrece la tecnología, olvidándose el alumno de la carga subjetiva y la impronta que sólo en la medida en que haga uso de su creatividad se harán visibles.
Considero y puedo afirmar que el utilizar más tecnología no nos hace más creativos.
En la creatividad está implícita la personalidad, el estilo y muchas veces -sobre todo en el artista- la carga emotiva del individuo. Para todo esto pueden ser muy bien aprovechadas las NTIC´s, adquiriendo los conocimientos necesarios para implementarlas en la expresión.
En ese sentido podríamos hablar de una “creatividad digital”, nuevas formas de representación de ideas que parten de la imaginación del individuo, pero que luego se llevan a cabo y concretan  a través de estos recursos.
Y aquí es donde nosotros los docentes tenemos que orientar, aconsejar, guiar, e inducir a desarrollar la propia creatividad, sin transformarnos en meros transmisores o instructores  de programas digitales preestablecidos, los que sin una cuota de creatividad darán muy limitados y pobres resultados.
Tenemos que ser conscientes de que las formas de aprender cambiaron a causa de la aparición de las NTIC´s, y que debemos adaptarnos y capacitarnos para incluir estas herramientas innovadoras en los procesos de enseñanza – aprendizaje.
Los docentes enseñamos a utilizar nuevas estrategias y formas de representación a través de las nuevas tecnologías, sin que por ello se deje de pensar, desarrollar, inventar, generar, sentir, acciones estas que son propiedad del ser humano. Pero por ahora el poder de la imaginación  solo está en quien la utiliza.
Muchos docentes se manifiestan reticentes a los cambios y se niegan a incorporar nuevos recursos, en muchos de estos casos, más por el temor a lo desconocido y la competencia en el dominio de herramientas digitales, a las que por falta de capacitación para su correcto y máximo aprovechamiento; se las suele ver más como a un enemigo que como a un aliado.
La tecnología sólo es una herramienta que bien utilizada y aprovechada favorece a la optimización de la producción, acortando el tiempo y permitiendo  otras formas adecuadas. Pero sólo la creatividad con la carga de subjetividad que le es propia, hará posible un mejor resultado más allá de las técnicas y medios tecnológicos utilizados.

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